El gobierno chino anunció un estímulo fiscal a dos años que excede los 500.000 millones de dólares, con la intención de compensar el impacto del desaceleramiento del crecimiento global y aumentar el poder de compra de su vasta población. El gabinete del primer ministro Wen Jiabao destina a medidas de estímulo 586.000 millones hasta 2010, dirigidos específicamente a la calidad de vida de los ciudadanos, dijo la agencia oficial de noticias Xinhua el domingo.
El gobierno también adoptará una política fiscal "activa", lo que significa que gastará más dinero y recortará impuestos, a la vez que el banco central establecerá un tono "moderadamente suave" que parece indicar mayores recortes en las tasas de interés y esfuerzos para que los bancos aumenten sus préstamos, dijo, Xinhua said.
La economía china creció a su tasa más lenta en cinco años en el tercer trimestre, cayendo a 9% frente al año anterior.
Los economistas aseguran que aunque China sigue siendo una fuente esperanzadora de crecimiento global, su impulso se está desvaneciendo mucho más rápido de lo anticipado. Los precios de las propiedades están a la baja, las fábricas están cerrando a medida que bajan las órdenes de exportación y se está cuestionando la inversión extranjera directa.
A medida que la demanda cae en sus principales mercados de exportación, muchos están de acuerdo en que se necesita estimular el gasto por parte de los consumidores chinos, abriendo la puerta a sus 4 billones en ahorros. Una preocupación en particular son los cientos de millones de personas en el campo chino, en donde el gobierno parece estar particularmente determinado a incrementar el poder de consumo y ha, por ejemplo, incrementado los precios de compra de los granos.
En el comunicado del domingo, el gobierno dijo que destinará dinero a las redes de transporte, ecología, innovación técnica y reconstrucción después de desastres. Se anunciaron pocos detalles sobre estos planes de inversión.
Otras medidas incluyen una reestructuración de los impuestos al valor añadido, que según Xinhua, reducirá los impuestos a los empresas en 120.000 millones de yuan al año. El gobierno también buscará que los bancos aumenten sus préstamos, remuevan un tope de préstamos impuesto por el gobierno y además tratará de alentarlos a que ofrezcan crédito a negocios pequeños, prestatarios rurales, innovadores técnicos y firmas orientadas hacia las adquisiciones.
Muchos economistas esperaban que Beijing presentara un gran paquete de estímulo similar al que usó durante la crisis financiera asiática hace más de una década. En aquel entonces, Beijing emitió cantidades masivas de bonos domésticos para pagar la extensión de autopistas, la reparación de aeropuertos y la construcción de puertos, un programa que fue considerado un éxito rotundo.
Hace tan sólo un año, China adoptó una política monetaria restrictiva sin precedentes, un paso en sus esfuerzos para evitar que el rápido crecimiento de la economía se desbocara.
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