El precio del crudo cayó $3,12, o 6,7%, el jueves y quedó en $43,67 , su cierre más bajo desde enero de 2005. Muchos ejecutivos de la industria y corredores anticipan una caída más pronunciada que dejaría los precios en torno a los $30 el barril, antes de que los recortes en el suministro vuelvan a impulsar los precios, quizás bien entrado el próximo año.
Los bajos precios representan una ganancia de corto plazo para los consumidores y las empresas, desde familias que pagan menos por el combustible a las aerolíneas. Sin embargo, un declive sostenido en el precio del crudo también tiene sus desventajas. Las economías que dependen de los precios de la energía, como Venezuela, Irán y Rusia, pueden enfrentar enormes descalabros.
La única certeza en los volátiles mercados de la actualidad es, justamente, la falta de previsibilidad.
En todo caso, un creciente número de ejecutivos dicen que ahora se dan las condiciones justas para determinar el piso del mercado. Las reservas de los países industrializados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico crecieron a 56 días de consumo al final de octubre, muy por encima de los niveles históricos, según la Administración de Información sobre Energía de Estados Unidos. La principal causa del alza fue EE.UU., donde las reservas de petróleo están por encima del promedio de los últimos cinco años, según el Departamento de Energía.La semana pasada, en un popular boletín de investigación de la firma Tudor, Pickering, Holt & Co. Securities, de Houston, Texas, abundaba el pesimismo. La publicación incluía esta opinión de un ejecutivo de exploración y producción. El anónimo empresario había escrito: "¿Se encuentra el sector de la exploración y la producción donde estaba el sector bancario hace seis meses, reconociendo que los fundamentos se han deteriorado pero sin ver el precipicio hacia el cual nos estamos dirigiendo?"
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