La Autoridad de Servicios Financieros (FSA, en su siglas en inglés), organismo supervisor de los bancos británicos, fracasó a la hora de detectar y corregir la arriesgada gestión de las entidades financieras del país en los últimos años.
Así lo reconoció hoy Adair Turner, presidente de la FSA, un organismo creado por el primer ministro, Gordon Brown, en 1997 cuando era ministro de Economía en el Gobierno de Tony Blair.
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