Se acogió ayer a las leyes de protección por bancarrota en un intento por renegociar un 70% de su deuda de 4.500 millones de dólares . La empresa vende dos tercios de su producción fuera de EE.UU. y es vigilada de cerca por los inversionistas debido a que su quiebra podría provocar la paralización de automotrices en todo el mundo.
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