préstamos de emergencia por un importe conjunto de 61.600 millones de libras (68.185 millones de euros) a los bancos Royal Bank of Scotland (RBS) y HBO.
La institución gobernada por Mervyn King señaló que habían preferido mantener esta actuación en secreto para evitar el riesgo sistémico y añadió que el objetivo fue ayudar a los bancos con sus problemas de liquidez y "prevenir la pérdida de confianza en el conjunto del sistema financiero".