por valor de 17.000 millones de euros, aunque señaló que el plan es compatible con la estabilidad presupuestaria.
Estas infraestructuras, que serán financiadas mediante una colaboración público-privada, no empezarán a contabilizar en las cuentas públicas hasta 2014, cuando está previsto que entren en funcionamiento.
España se ha visto últimamente presionada por el mercado y la Unión Europea para reducir su déficit público, que en 2009 alcanzó el 11,2% del Producto Interior Bruto. El Ejecutivo ha presentando un plan para reducir el déficit en 2013 al 3% que fija la normativa europea.
El 70% de las inversiones será en infraestructuras ferroviarias, mientras que el 30% será para carreteras. Un 65% del total de las inversiones, o 11.000 millones, se destinará a obra nueva, dijo el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la presentación del proyecto. El nuevo plan extraordinario de infraestructuras exigirá a las compañías concesionarias que aporten al menos un 20% de la inversión inicial con recursos propios.
El resto de la financiación correrá a cargo de entidades financieras privadas, del Instituto de Crédito Oficial, del Banco Europeo de Inversión y del Ministerio de Fomento. El ICO participará otorgando financiación y con una participación directa en el capital de los proyectos mediante un fondo de infraestructuras en el que está trabajando.
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