Heineken registró un beneficio neto de 218 millones de euros en el primer trimestre del año, tras extraordinarios y amortizaciones, apoyada por unos gastos financieros inferiores y una ganancia contable por la transferencia de filiales en Indonesia y Nueva Caledonia.
La compañía cervecera, que no facilitó los datos comparativos del año pasado, aumentó los ingresos un 3,5%, hasta los 2.940 millones de euros. Los bajos volúmenes fueron compensados por una mejora en los precios de venta y un mix de ventas positivo. Los volúmenes bajaron un 8%, hasta los 23.570 millones de hectolitros.
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