La Comisión Europea impuso hoy una multa de 331 millones de euros a nueve fabricantes de chips de memoria DRAM utilizados en ordenadores y servidores, entre ellos Samsung y Toshiba, por participar entre 1998 y 2002 en un acuerdo ilegal para pactar los precios. Este comportamiento vulnera la normativa comunitaria, que prohíbe las prácticas comerciales restrictivas.
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