La entidad registró unas pérdidas de 8.210 millones de euros en los seis primeros meses de 2010, frente a los 'números rojos' de 3.788 millones del mismo periodo de 2009, lo que representa el peor resultado de la historia empresarial de Irlanda.
Tras la publicación de los resultados el presidente de AIB, Alan Dukes, indicó que "los resultados de la entidad en los seis primeros meses sólo sirven para enfatizar la necesidad de adoptar medidas decisivas de forma concertada". Entre las medidas que se estaban estudiando se encontraba la opción de dividir el banco y reducir poco a poco el tamaño del antiguo AIB, al menos en un 80%, para crear un nuevo banco viable donde se agrupe el resto de activos sanos.