El Gobierno destinó a estos incentivos 583.700 millones de yenes (cerca de 5.500 millones de euros), destinados a bonificar la adquisición de automóviles eficientes a cambio de entregar para el achatarramiento vehículos de más de 13 años de antigüedad.
Inicialmente estaba previsto que el programa, que entró en vigor en abril de 2009, expirara el próximo 30 de septiembre, pero el Ministerio de Economía, Comercio e Industria advirtió el miércoles de que sólo quedaban 1.000 millones de yenes del presupuesto (unos 9,4 millones de euros).
Por ello, el Ministerio advirtió de que no atendería las solicitudes recibidas a partir del 8 de septiembre, con lo que 52.000 peticiones de incentivos no serán atendidas.
Las ventas de todo tipo de vehículos en Japón se elevaron a 424.986 unidades durante el pasado mes de agosto, lo que supone un aumento del 37,7%. Muchos consumidores decidieron adelantar sus compras para asegurarse la obtención de los incentivos.