Los líderes europeos sopesan un plan de recompra de bonos para ayudar a los países periféricos a reducir su carga de deuda y poner fin así a la crisis de confianza que afecta a la eurozona.
De acuerdo con esta iniciativa, el fondo de rescate de 750.000 millones de euros creado en mayo prestaría dinero a Grecia, Irlanda u otros Estados miembros sometidos a la presión de los mercados para que puedan comprar sus propios bonos a inversores o al Banco Central Europeo (BCE), según explicaron fuentes comunitarias.
Con estas recompras, los Estados miembros adquirirían sus bonos a un precio inferior a su valor nominal. Al mismo tiempo, reducirían su carga de deuda pendiente y rebajarían el tipo de interés.
Al tratarse de una operación voluntaria, los líderes europeos esperan no inquietar a los inversores, que temen medidas más drásticas como reestructuraciones forzadas o quiebras controladas.
