La inflación interanual británica se elevó al 4,4% en julio, dos décimas más que el mes anterior.
En concreto, destaca los incrementos de los precios en una amplia gama de productos y servicios, especialmente los servicios financieros, donde las tasas aumentaron este año, frente a los descensos que registraron en el mismo mes de 2010. Además, también subieron los alquileres en julio, sobre todo en las viviendas sociales.
Asimismo, los precios de la ropa y el calzado descendieron un 3,5% entre junio y julio, una caída inferior al 4,9% de 2010, mientras que en el caso del mobiliario, el equipamiento del hogar y el mantenimiento de la vivienda los precios también cayeron menos que hace un año, un 1,1% frente a un 1,9%.