Según indica, la calificación irlandesa se fundamenta en el "compromiso del gobierno y su capacidad para estabilizar las finanzas públicas". Así, S%P señala que confía en la calidad crediticia de Irlanda, sustentanda "en un fuerte consenso político a favor de la consolidación fiscal".
También destaca la competividad económica del país, así como sue elevado nivel de apertura, con un modelo de crecimiento apoyado en las exportaciones. Sin embargo, destaca que el país es especialmente sensible a 'shocks' externos, así como al mercado de divisas.