En la cumbre del fin de semana, los líderes de las mayores potencias económicas del mundo ordenaron una ofensiva para poner fin al comportamiento imprudente del mercado, incluyendo medidas que, en su opinión, ayudarían a prevenir una nueva crisis crediticia. Sin embargo, la pregunta es si en su afán de evitar una crisis futura, los líderes del Grupo de los 20 hayan tomado decisiones que, sin proponérselo, podrían empeorar la crisis actual.
"Esta es una gran señal para que todo el mundo ejerza presión sobre sus bancos para que endurezcan sus estándares de préstamos", dijo Simon Johnson, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional. "Lo último que se quiere hacer en una contracción global de crédito es ir a decirle a la gente que endurezca, endurezca y endurezca sus estándares".
Como parte de una larga lista de cosas por hacer, los líderes del G-20 le dijeron a los reguladores financieros que le exigieran a los bancos que acumulen mayores reservas para amortiguar una crisis de liquidez, que evalúen sus prácticas de gestión de riesgo . El grupo fijó el 31 de marzo como plazo para estas y otras medidas, mientras que pospuso las grandes decisiones regulatorias.
Johnson, actual profesor de negocios del Instituto Tecnológico de Massachusetts, afirmó que tales medidas, las cuales incentivan a los bancos a guardar capital, tendrían sentido una vez la crisis haya terminado, pero los líderes, anotó, estaban ansiosos de tomar medidas.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush; el primer ministro del Reino Unido, Gordon Brown; el presidente chino, Hu Jintao; el mandatario francés Nicolas Sarkozy y los demás líderes del G-20 prometieron adoptar las medidas necesarias, programas de gasto fiscal, recortes de impuestos o reducciones de las tasas de interés, para reanimar a una economía global en el umbral de la recesión.
Los líderes también se comprometieron en un nuevo esfuerzo para desbloquear las negociaciones globales de libre comercio y prometieron que evitarían usar las barreras comerciales para proteger sus propias industrias. "Concordamos en la importancia de rechazar el proteccionismo", aseveró Brown. "Esta es la primera vez que una reunión de líderes mundiales le ha indicado a los ministros que lleguen a un acuerdo y creo que veremos uno en las próximas semanas".
La iniciativa podría ser una de las primeras pruebas para el presidente electo de EE.UU. Barack Obama, quien hizo campaña como un crítico del libre comercio. Obama, sin embargo, podría ser reacio a rechazar una importante ronda de negociaciones comerciales como una de sus primeras decisiones en el escenario internacional.
Buena parte del comunicado publicado el sábado se concentró en medidas para prevenir una repetición de la crisis mundial producida tras el colapso de billones de dólares en valores ligados a hipotecas de alto riesgo en EE.UU. Como resultado, una gran parte de Europa está en recesión, mientras que la economía estadounidense se contrajo a una tasa anualizada de 0,3% en el tercer trimestre.
El comunicado en sí reflejó la tensión subyacente entre reducir el riesgo e incrementar los préstamos. "Reconociendo la necesidad de mejorar la regulación del sector financiero, debemos evitar la sobre regulación que obstaculizaría el crecimiento económico y exacerbaría la contracción de los flujos de capital, incluyendo aquellos que van a los países en desarrollo", dijeron los líderes.
Desde ya, los banqueros de Londres se están movilizando en contra de una propuesta de la Unión Europea, similar a la del G-20, que forzaría a los bancos a provisionar más efectivos para cubrir sus pérdidas. Los bancos sostienen que eso haría que sea más complicado recaudar efectivo y desalentaría la concesión de préstamos.
"Estamos gritándole a los bancos que su comportamiento ha sido vergonzoso en los últimos años y que han sido completamente imprudentes y han hecho explotar al sistema financiero. Ellos tendrán que ser más prudentes, pero no en este momento", dijo Benn Steil, director de economía internacional del Council on Foreign Relations, un centro de estudios estadounidense.
Morris Goldstein, del Instituto Peterson de Economía Internacional, dice que no le preocupa que las sugerencias del G-20 agraven la escasez de crédito. "Estoy un poco preocupado de que si esperamos hasta que salgamos de la crisis, desaparezca el temor que motiva a las reformas fundamentales", señaló.
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