En los mercados de divisas, en los que reina la agitación, los inversores han tomado a un grupo como el blanco para un castigo especial: las monedas de los grandes exportadores de commoditites.
Este grupo incluye a las divisas de países como Canadá, Australia y Nueva Zelanda, que tienen exportaciones considerables de recursos naturales y productos agrícolas.
Con fuertes indicios de que la economía global va camino a una recesión, lo que a su vez debilitaría la demanda de todo tipo de bienes básicos, desde el petróleo hasta el mineral de hierro, estas monedas enfrentan un maltrato aún mayor.
De muchas formas, estas "monedas commodities" son indicadores del crecimiento global, es decir, que suben en los buenos tiempos y caen en picada cuando el panorama se oscurece.
En octubre, el dólar canadiense tuvo su peor mes en la historia contra el dólar de EE.UU., cayendo 12% y borrando más de tres años de ganancias. El dólar de Nueva Zelanda ha perdido alrededor de un cuarto de su valor contra el dólar estadounidense desde julio.
Cuando caen los precios de los commodities, se traduce en una conmoción para la posición comercial de los países que exportan este tipo de bienes. De pronto, el precio que obtienen por sus exportaciones cae en relación a lo que pagan por sus importaciones. Eso quiere decir que sus balances comerciales se deterioran y sus economías sufren, ya que el ingreso por las exportaciones cae.
China, con su apetito por recursos naturales importados, es un foco de preocupación. "Si este ciclo es lo suficientemente vicioso y China se mete en problemas", afirma Stepehen Jen, director de investigación de divisas de Morgan Stanley.Jen señala al dólar australiano como especialmente vulnerable. "Un descenso como el que vimos en 2001 no debería ser descartado", opina.
En ese entonces, un dólar australiano valía menos de 50 centavos de dólar estadounidense. La semana pasada, la moneda osciló en alrededor de los 67 centavos, un descenso desde los más de 97 centavos que valía en julio. Los precios para ciertas exportaciones australianas, como el cobre, el trigo, el aluminio y el níquel han caído.
La conexión económica entre las monedas de los países exportadores de commodities y los precios de esas exportaciones ha llevado a los economistas a preguntarse si las primeras preceden a las segundas. El razonamiento: los inversionistas incorporarán sus expectativas sobre movimientos en los precios de los commodities a la compra y venta de esas divisas.
En un estudio reciente, los economistas Yu-chin Chen, Kenneth Rogoff y Barbara Rossi examinaron los movimientos trimestrales en las monedas de Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Chile y Sudáfrica a lo largo de las últimas décadas. Establecieron que cada moneda ayudó a predecir los precios de los principales commodities de exportación de su país. Juntas, las divisas fueron un indicador sorprendentemente bueno del desempeño que tendría un importante índice de commodities en el trimestre siguiente.
Para el tercer trimestre, el modelo basado en las divisas predijo una caída de aproximadamente el 9% en los precios de los commodities, a pesar de su sólido desempeño en meses anteriores. El modelo acertó en la dirección del cambio, pero no tanto en su magnitud: un importante índice de commodities del Fondo Monetario Internacional cayó un 18% en el tercer trimestre; excluyendo la energía, la caída fue de 12%.
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