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23 noviembre 2008

Tema

Ojo con los valores con bonos...

Para muchas personas tan sólo son letras, A, B, C, pero para las compañías marcan la diferencia entre tener una deuda de calidad o de bono basura, lo que condiciona su financiación. El 14 de noviembre la firma de inversión Moody's recortó el rating de la cadena hotelera Sol Meliá desde 'Baa3' a 'Ba1', debido a las dificultades operativas a las que está haciendo frente la compañía. Esto provocó que la deuda de la empresa empezase a calificarse como bono basura, lo que a su vez conllevó un desplome para el valor en bolsa.
Esta caída en bolsa fue del 5,77% en esa sesión y varias firmas de inversión se animaron a recortar sus previsiones sobre la hotelera.

Este ejemplo demuestra la importancia de las agencias de calificación, encargadas de evaluar la solvencia y viabilidad de las compañías. Aunque hay varias firmas en el mundo que realizan esta labor, las más relevantes son tres: Standard & Poor's, Moody's y Fitch. Sin embargo, los expertos aseguran que ésta no será ni la primera ni la última rebaja de rating que se puede ver en el mercado español y en Europa. Y es que el panorama económico ha cambiado, y mucho. Y para más inri, el trabajo de las propias agencias ha sido puesto en entredicho porque han fallado a la hora de evaluar a muchas entidades, algo que puede provocar que sean mucho más severas.

Así, a la crisis financiera se ha unido una crisis de confianza que ha provocado que el crédito se contraiga e incremente los costes de financiación, lo que está impactando en la economía real y en la visibilidad de los resultados de las empresas cotizadas. Si se analiza la evolución de las previsiones de beneficio se ve que se encaminan a la baja.
En el mercado español, ya caen un 10% en lo que llevamos de año, en tanto que los compromisos financieros se mantienen intactos en más de 220.000 millones. De hecho, la deuda de las empresas españolas supone 2,68 veces el beneficio bruto de explotación estimado para este ejercicio, frente a las 1,28 veces a las que se coloca en el caso del EuroStoxx 50.
Giro de 180 grados
Ante esta negativa situación las firmas de inversión temen que el panorama se haya deteriorado tanto, que algunas compañías no puedan mantener las actuales calificaciones. La preocupación es máxima en las empresas que tienen un grado de inversión medio, ya que se encuentran a medio camino de rozar el bono basura, un grado de inversión cuestionable, según los expertos.

Los valores que tienen grado medio (BBB+, BBB, BBB-, Baa1, Baa2 o Baa3), quiere decir que se encuentran en una situación adecuada, pero un poco arriesgada ante posibles cambios de escenario económicos y no son pocas si se bucea tanto en la bolsa española como en el EuroStoxx. En total, más de una decena de empresas cuentan con una calificación que entraría en este grado (véase gráfico). Muchas empresas españolas no cuentan con una nota de calificación, entre ellas el endeudadísimo sector constructor.

Por ejemplo, en esta situación de alarma se encuentra el fabricante de automóviles Renault. Tanto Moody's como Standard & Poor's han puesto en perspectiva negativa su rating en la compañía, que en la actualidad tiene una calificación de BBB, a tan sólo dos pasos del bono basura.

De hecho, S&P puso en perspectiva negativa a la compañía el pasado jueves porque Renault no pasa por un buen momento. La empresa ha anunciado en la última semana un descenso de su producción del 25% en el cuarto trimestre, cinco puntos más que lo anunciado inicialmente, para ajustarse a la caída de las ventas, que han desplomado más de un 14 por ciento en el último mes.
Además, la francesa ha visto como su deuda se incrementaba en el último año un 77%, hasta los 3.692 millones de euros, mientras que su beneficio neto se prevé que se recorte un 33 por ciento, hasta los 1.768 millones de euros. Los expertos aseguran que el sector del automóvil es uno de los más penalizados en esta crisis, como está recogiendo su cotización, que cae un 40 por ciento desde comienzos de año. Los títulos de Renault, por su parte, ceden un 84% desde enero.

Otras dos empresas que tampoco están viviendo su mejor momento son Vivendi y Telecom Italia. S&P mantiene la nota de su deuda a largo plazo con una calificación "adecuada, pero arriesgada", la misma que les otorga Moody's y Ficht. Por el momento, las perspectivas de su endeudamiento es estable, aunque podría cambiar si se atiende a las expectativas de los analistas. Desde que comenzara este año, de acuerdo con datos de FactSet, a Telecom Italia le están revisando a la baja con más fuerza la previsión de beneficio bruto de explotación que de deuda. Por ejemplo, mirando las expectativas para 2009, los expertos esperan ahora que su negocio le genere un 10% menos de ganancias, mientras que la previsión de deuda cae menos de un 2 por ciento. La teleco, por tanto, estaría endeudada a 2,9 veces su beneficio bruto.
En el caso de la gala Vivendi, el incremento de la estimación de deuda es más significativo. El consenso espera que, para cuando acabe el año que viene, sus compromisos pendientes de pago asciendan a 6.278 millones de euros, cuando a principios de este ejercicio auguraban tan sólo 2.217 millones de euros. No obstante, su relación de deuda sobre negocio es más baja en el de la empresa de telecomunicaciones italiana ya que se sitúa en las 0,77 veces. Por el momento, la única empresa no española del EuroStoxx 50 que nota la espada de Damocles sobre su deuda es Saint Gobain.
Este productor, transformador y distribuidor de materiales tales como vidrio, cerámica, plásticos o hierro fundido ha visto cómo dos de las tres agencias de calificación más importantes, S&P y Moody's, colocaban la perspectiva de su deuda en negativo. Sólo Ficht se la mantiene estable.
La calificación de esta empresa es equivalente a un grado medio, pero con situación arriesgada. Es decir, se encuentra a un paso de lo que se empieza a considerar un bono basura -calificación de Ba1 a BB+- y las previsiones para su negocio son negativas. Así, desde enero, la previsión de la media de firmas de inversión sobre su beneficio bruto de explotación para este año cae un 9,84 por ciento, en tanto que la de 2009 se ha reducido un 19,73%. Por el contrario, las de endeudamiento se mantienen practicamente estables.
Esta evolución divergente provoca que si en enero el mercado anticipaba que el gigante francés despediría 2009 con un ratio de deuda sobre ebitda de 1,75 veces, ahora esa relación ya se ha elevado hasta las 2,21 veces. Y quedan muchos meses por delante de posibles nuevas revisiones.

Sol Meliá no es la única empresa española que se puede ver las caras con las agencias de calificación. Hace ya años que estas empresas le retiraron la nota a Jazztel y ahora Codere se encuentra en una situación delicada. La compañía de juegos -propietaria del Bingo El Canoe de Madrid-, cuenta con una calificación en este momento de grado de baja calidad, que supone que su riesgo de impago estimado es de un 44 por ciento. Además, la previsión para su deuda es negativa, de acuerdo con Moody's.

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