El senador demócrata y presidente del Comité de Bancos del Senado, Christopher J. Dodd, dijo este jueves que permitir la bancarrota de las tres gigantes automotrices de Detroit, sería como "jugar a la ruleta rusa con la economía entera".
Las declaraciones de Dodd se produjeron mientras los tres gigantes estadounidenses en fabricación de autos -Ford, General Motors y Chrysler- regresan al Congreso de EE.UU. para tratar de convencer a los legisladores sobre la nueva propuesta de rescate que tiene un valor de $34.000 millones. Según Dodd, uno de los encargados de analizar el paquete de rescate, el futuro de estas industrias pone en juego el bienestar de toda la economía del país.
"Esto no se trata de salvar compañías privadas. Si así fuera, dejaría que fracasaran", dijo el legislador demócrata, quien criticó además las acciones llevadas a cabo por algunas instituciones financieras y el Departamento del Tesoro de EE.UU. en el manejo de la crisis crediticia.
Ahora piden más
La nueva prouesta de rescate es mayor al de hace dos semanas por un monto de $10.000 millones. |
Además, los jefes ejecutivos de las tres compañías ofrecieron trabajar por un dólar al año, si su plan era aceptado.
Otro interesado en el debate que tiene lugar en el Congreso es el sindicato automotriz, que brindó su apoyo a los fabricantes de automóviles para que pudieran conseguir la asistencia del gobierno.
El nuevo paquete de rescate es presentado después de que hace dos semanas, fuera rechazada la primera propuesta en la que las automotrices pedían $25.000 millones.
Pero lejos de desalentarse por la negativa, los directivos de las tres compañías ahora piden $9.000 millones más de la suma original.
General Motors solicitó al Congreso un préstamo de $12.000 millones, con un incremento adicional de $6.000 millones, en caso de que fuera necesario.
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Ford pidió $9.000 millones que espera no necesitar en su totalidad.
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Y Chrysler, por su parte, calculó que necesita $7.000 millones para sobrevivir a la dramática situación que han sufrido sus ventas y por lo que ha tenido que recurrir a sus reservas de efectivo.
Miedos y críticas
El senador republicano Richard Shelby cuestionó el alto incremento en la suma de efectivo de la nueva propuesta y puso en duda "las previsiones de ventas tan optimistas" que los fabricantes de autos pretenden lograr para pagar el préstamo, en caso de que éste fuera aceptado.
"¿Cómo van a pagar?", se preguntó Shelby.
Algunos legisladores afirman además que la crisis financiera no es la única razón por la que estas empresas están al borde de la quiebra. Tanto entre republicanos como en demócratas se han escuchado críticas al sistema de producción de Ford, General Motors y Chrysler, al que califican de ineficiente.
Estos legisladores críticos también se preguntan por qué los costos de producción de estas empresas son más altos que los de muchas de sus competidoras extranjeras.
Sin embargo, Nancy Pelosi, líder de la Cámara de Representantes, ha dicho que la bancarrota no puede ser una opción y que el Congreso debe evitar la pérdida de alrededor de 3 millones de empleos.
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