"Yo he sido en el pasado un duro crítico, porque no han sabido adaptarse a los nuevos mercados, y construir coches más pequeños y eficientes". No obstante, reconoció que estas empresas son "la espina dorsal de la industria manufacturera de este país, es un empleador gigantesco, millones de personas dependen de ella, directa o indirectamente". Por tanto, "no podemos dejar que se hunda", dijo.
El presidente electo se quejó de que, pese al deterioro del sector y al despido de miles de personas en los últimos años, los ejecutivos de las compañías han seguido cobrando sueldos que estaban "fuera de lugar".
Dijo que una de sus metas cuando acceda al Gobierno será introducir una nueva "ética de los negocios", para evitar este tipo de situaciones.El borrador del plan, según informa The Washington Post, contempla la creación de la figura de un supervisor, un "zar del motor" que, desde el Gobierno, supervise que las empresas cumplen con los requisitos establecidos para recibir el dinero. Entre los puntos que discuten ahora la Casa Blanca y el Congreso es quién nombra a este supervisor todopoderoso, que posiblemente dependerá de Comercio.
La Casa Blanca quiere que sea nombrado inmediatamente por George W.Bush, en tanto que la mayoría demócrata del Congreso quiere que sea el presidente electo, Barack Obama, el que lo designe una vez tome posesión, el próximo 20 de enero.
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