Según ha informado la compañía, esta decisión se toma "para amortiguar los efectos de la caída de la producción , los instrumentos de horarios de trabajo flexible no son suficientes en todas partes".
Por ello, "en febrero unos 1.500 empleados de la fábrica de Münster (oeste) y otros 180 de Schwarzheide (este) comenzarán jornadas reducidas". El presidente de BASF, Jürgen Hambrecht, dijo que "las situación es tensa y difícil de predecir".
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