El monto total de la propuesta de estímulo para la economía estadounidense durante dos años podría acercarse a los $850.000 millones luego de una serie de negociaciones que han inclinado el paquete hacia inversiones diseñadas para alentar la creación de empleo y atenuar el impacto de la desaceleración económica en las familias y Gobiernos locales.
Los detalles podrían ser divulgados pronto, cuando los dirigentes demócratas en el Congreso y el Gobierno del presidente electo Barack Omaba cumplan su promesa de divulgar el paquete ante de tomar una decisión formal la semana que vienes, una vez que el Obama asuma el martes en su cargo.
Asesores del Congreso y otras personas familiarizadas con la situación advirtieron que la Cámara baja y el Senado tal vez contemplen paquetes ligeramente diferentes. Dichas diferencias podrían ser resueltas el mes próximo en nuevas conversaciones, tras los pasos iniciales de la Cámara y el Senado.
El punto de partida estará en el Comité de Medios y Arbitrios, presidido por el representante demócrata por Nueva York, Charles Rangel.
Rangel quiere eliminar una propuesta respaldada por Obama que otorgaría un alivio tributario a los negocios al permitirles que reclamen nuevos reembolsos del Gobierno mediante el traslado de pérdidas a años tributarios previos.
El Senado, hasta el momento, ha insistido que esa provisión permanezca en la medida.
En vez de ello, Rangel quiere añadir una provisión de $70.000 millones que protegería a las familias de clase media afectadas por el impuesto mínimo alternativo, o AMT, por su siglas en inglés.
El llamado AMT fue diseñado para asegurar que los individuos acaudalados paguen su porción justa de impuestos, pero ahora amenaza con elevar los impuestos de millones de estadounidenses.
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