Hasta mitad de enero no sabremos a ciencia cierta cuál es el verdadero alcance del cortocircuito que sufre la economía china, pero parece evidente que la salud del gigante asiático está cada vez más deteriorada. En esas fechas Pekín hará público el dato de crecimiento registrado en el cuarto trimestre de 2008.
Así que el citado dato oficial capturará, por primera vez, el estado de cosas ahora que la crisis está en plena efervescencia. Pero más importante aún es que marcará la tendencia de la economía china en este año fatídico que acaba de empezar.
Hace días el Fondo Monetario Internacional (FMI), sorprendió con una predicción futura preocupante para China. En 2009, pronosticó, el crecimiento de la cuarta economía del mundo rondará el 5%.
El Gobierno chinoego, no vislumbra una deriva tan acusada como prevé el FMI y vaticina un crecimiento en torno al 8%. Dragonomics, empresa de investigación económica, coincide: "La historia reciente revela que es muy difícil que el crecimiento chino se hunda más allá del 6%", reza su último informe trimestral.
Hu Xingdou, economista del Beijing Institute of Technology, reconoce a este diario que una ralentización hasta el 5% sería un verdadero desastre en términos de empleo.
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