En medio de una frenética especulación sobre posibles iniciativas de la Unión Europea para ayudar a Grecia, el Gobierno socialista anunció, en el marco de un plan respaldado por la UE para reducir su déficit fiscal, que estaba estudiando propuestas para subir a partir de 2015 la edad media de jubilación a 63 años desde los actuales 61.
El ministro de Trabajo, Andreas Loverdos, dijo que el esquema de pensiones entraría en quiebra dentro de cinco años si no se emprendían reformas. Una nueva ley prohibiría cualquier salida voluntaria del sistema y establecería un nuevo fondo para administrar sus reservas de 30.000 millones de euros.
