Las cuentas afectadas fueron abiertas en Suiza antes de octubre de 2006, precisó Zeller. "Lamentamos profundamente esta situación y presentamos nuestras excusas más sinceras a todos los clientes que pudiesen ver amenazada su confidencialidad", dijo el directivo.
El año pasado, los servicios fiscales franceses obtuvieron los ficheros de clientes en poder de Hervé Falciani, un ex empleado en informática franco-italiano del banco HSBC, que se saltó así la ley suiza que garantiza el secreto bancario.