El Banco de España ha decidido eliminar siete de sus veintidós sucursales, reduciendo de este modo su organización territorial en las comunidades autónomas en casi una tercera parte, según avanzaron fuentes de la sección sindical de CCOO en el supervisor bancario español.
Entre los centros afectados por el cierre se encuentran las de Ceuta y Melilla, además de las de Logroño, Pamplona, San Sebastián, Santander y Toledo. De esta forma, además de las dos ciudades autónomas, cuatro comunidades se quedan sin presencia del Banco de España: Navarra, Cantabria, Castilla-La Mancha y La Rioja.