La economía británica registró en el último trimestre de 2010 una contracción del 0,5% respecto a los tres meses anteriores, lo que supone una décima menos de la caída del 0,6% inicialmente prevista por la Oficina Nacional de Estadística de Reino Unido (ONS).
En términos interanuales, el Producto Interior Bruto (PIB) británico experimentó una expansión del 1,5% respecto al cuarto trimestre de 2009, en línea con la anterior estimación.