Luego de intentar apuntalar el sistema financiero con un amplio plan para inyectar capital, durante el fin de semana el gobierno volvió a su antigua estrategia de enfrentar la crisis caso a caso.
El rescate de Citigroup se produce tan sólo días después de que el secretario del Tesoro, Henry Paulson, asegurara que los programas de rescate lanzados hasta ahora habían eliminado los peligros de que una gran institución financiera se viniera abajo.
No es el único cambio de parecer. La semana pasada, Paulson dio a entender que no solicitaría el permiso del Congreso para utilizar el segundo tramo de los fondos del paquete de rescate aprobado hace unas semanas. El lunes, sin embargo, funcionarios del gobierno enviaron señales de que se estaban acercando a hacer justamente eso."Creo que parte de lo que hemos visto es confusión por parte del mercado, a veces sobre cuál sería la dirección general", señaló el presidente electo Barack Obama en una conferencia de prensa el lunes . "Y queremos asegurarnos de que estamos aportando tanta claridad como sea posible", agregó.
Obama, sin embargo, no quiso definir cuál sería la estrategia de su gobierno, y eso representa otra fuente de confusión para el mercado en la actualidad. El rescate de Citigroup se produce con un vacío de poder en Washington como telón de fondo. La mayoría de los legisladores se encuentra repartida por todo el país mientras que faltan dos meses para que Obama y su equipo económico asuman el mando.
"El gran enemigo de los mercados de capital es la incertidumbre y este grado de falta de transparencia es potencialmente peligroso", afirma Robert Reich, economista de la Universidad de California en Berkeley y ex secretario de Trabajo durante la presidencia de Bill Clinton. "A ello hay que sumar el hecho de que nadie está realmente a cargo y así se obtiene una receta de alta incertidumbre", agregó.
Algunos funcionarios involucrados en el rescate de Citigroup tienen esperanzas de que finalmente hayan acertado al crear un modelo que se pueda usar en otros rescates, en caso de ser necesario. Afirman que la decisión de garantizar 306.000 millones en activos en problemas —algo que ocurre por primera vez en todos los rescates — ayudará a deshacerse de los vendedores al descubierto que lideraron la ofensiva que derrumbó a las acciones de Citigroup la semana pasada. Aseguran, asimismo, que su meta principal actualmente es reforzar la confianza en las instituciones y que el esfuerzo del domingo pareció, por lo menos el lunes, haber cumplido ese objetivo.
"No creo que nadie esté ansioso por repetir este proceso, pero veremos qué tal funciona", afirmó el Contralor de la Moneda, John Dugan, el principal regulador de los bancos nacionales. "Creo que fue un esfuerzo bien diseñado para tratar de abordar el asunto de forma efectiva".
De todos modos, el rescate de Citigroup ha alimentado las críticas que acusan al gobierno del presidente George W. Bush de estar dispuesto a hacer cualquier cosa para salvar a los bancos más grandes, mientras deja caer a los bancos más pequeños, los consumidores y las compañías pequeñas.
Algunos, por ejemplo, cuestionan por qué no se tomaron pasos similares para ayudar al banco de Cleveland National City Corp. el mes pasado, en vez de obligar a caer en manos de PNC Financial Services Group Inc.
"Lo que Paulson y su equipo están haciendo es criminal", afirmó el representante republicano Darrell Issa, de California, en una entrevista el lunes. Issa, uno de los 171 representantes que votaron en contra del paquete de rescate de 700.000 millones en octubre, dijo que el Tesoro estaba eligiendo ganadores y perdedores en la industria bancaria.
Otros señalan que el rescate de Citigroup envía la señal de que el gobierno intervendrá siempre con tal de prevenir el colapso de un banco importante.
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