Muchos peruanos recuerdan épocas altas recientes, como la hiperinflación que marcó el final del primer período presidencial, a finales de los años 80, del actual mandatario, Alan García.
En estos momentos en que Perú les sirve de anfitrión a 21 jefes de estado, para la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés), muchos de ellos, y en especial el gobierno de China, parecen pensar lo mismo del país sudamericano y Perú ha estado firmando una serie de tratados de libre comercio.
El presidente chino, Hu Jintao, visita Perú por primera vez y ha firmado con este país el segundo tratado de libre comercio de China con una nación latinoamericana, después de Chile en 2005.También ha prometido invertir $6.000 millones adicionales en el sector minero peruano, en los próximos tres años, algo bien recibido en Perú, en momentos en que caen los precios de las materias primas.
Sin embargo, la mayor parte de los cerca de 600 integrantes de la delegación que lo acompaña no está interesada en la minería: lo que buscan es nuevos mercados en la agricultura o las telecomunicaciones o poner en marcha pequeñas empresas.
La ministra de Comercio Exterior y Turismo del Perú, Mercedes Aráoz, señaló que muchos de ellos están viendo las posibilidades de que sus fabricantes lleguen a otros mercados, usando a Perú como base.
"Beneficios mutuos"
Diógenes Alva dice que 20.000 pequeñas empresas podrían verse golpeadas.
En su opinión, donde hay crisis también hay oportunidades.
"Creo que en los próximos diez años el mercado chino será el mayor del mundo".
"China debe dejar de centrarse en Estados Unidos y Europa, y dedicar su atención a otras partes del mundo, como América Latina, y países como Perú".
Preocupaciones
Sin embargo, a algunos también les preocupa que la firma de un acuerdo bilateral pueda traducirse en que algunos sectores peruanos, en especial los de la industria textil, se vean obligados a desaparecer -dejando a miles de personas sin empleos - debido a una superabundancia de importaciones chinas más baratas.
"No podemos permitir que estos empleos vayan a parar al extranjero", dice Diógenes Alva, apodado el Rey de Gamarra, el animado distrito textil de Lima y centro neurálgico de la industria nacional.
Alva, un hombre que ha alcanzado su posición gracias a sus propios esfuerzos, dice que llegó a Lima sólo con los pantalones y la camisa que llevaba puestos y que ahora emplea a cientos de personas en la fabricación de ropas, que también exporta a otros países de América Latina.
"Los ministros del gobierno son peruanos y por eso deberían escuchar lo que dicen los peruanos", manifiesta, antes de señalar que unas 20.000 pequeñas empresas que emplean a unas 100.000 personas podrían sufrir duramente a causa del acuerdo.
La ministra Aráoz niega que esto vaya a ocurrir y dice que hay cláusulas en el acuerdo que protegerán a la industria textil peruana del dumping.
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