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20 noviembre 2008

Tema

Posible brote deflacionario ...

El índice de precios al consumidor registró en Estados Unidos su mayor caída mensual en la era de la posguerra. El descenso generalizado presenta un nuevo desafío para las autoridades: prevenir un brote deflacionario en el cual los precios declinan por un período sostenido.
El riesgo de que EE.UU. sufra una deflación, aunque sigue siendo leve, refuerza la presión para que el Congreso y el gobierno del presidente electo Barack Obama emprendan pronto un significativo plan de estímulo fiscal.
La amenaza de una deflación también aumenta la probabilidad de que la Reserva Federal (Fed) adopte medidas para apuntalar el consumo y la demanda de las empresas, ya sea a través de nuevas reducciones en las tasas de interés u otras iniciativas.
La Fed revisó sustancialmente a la baja sus proyecciones de crecimiento, según las minutas de su reunión de octubre divulgadas ayer.
En un discurso sobre la deflación pronunciado ayer en el centro de estudios Cato Institute, el vicepresidente de la Fed, Donald Kohn, señaló que el riesgo de una caída generalizada y sostenida de los precios es bajo pero ha aumentado.
El Departamento del Trabajo informó que el Índice de Precios al Consumidor descendió casi un punto porcentual en octubre respecto al mes anterior, tras mantenerse estable en septiembre y anotar una baja de 0,1% en agosto.
El descenso en los precios de la energía fue el principal motor de la caída, algo que le ofrece una dosis de alivio al banco central. Los precios de la energía son sumamente volátiles y hace apenas unos meses estaban en auge.
[IPC]
Los precios también descendieron en una amplia gama de bienes y servicios, incluyendo alojamiento, vestuario, computadoras y vehículos. La inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía, declinó 0,1%; la primera caída mensual desde 1982. "Incluso durante la amenaza de deflación de principios de 2000, la inflación subyacente nunca bajó tanto", dijeron economistas de Goldman Sachs en una nota de investigación.
La inflación estadounidense sigue en niveles muy por encima de los que apuntarían a una deflación, aunque ha declinado en forma acelerada en los últimos meses. Entre octubre de 2007 y 2008, la inflación acumula un alza de 3,5%, comparado con una subida de 5,6% entre julio de 2007 y julio de 2008. La inflación subyacente ha avanzado 2,2% desde octubre del año pasado, más cerca del nivel de entre 1,5% y 2% que la Fed considera como estabilidad de precios.
"Existe una buena probabilidad de que al menos coqueteemos con la deflación", dijo Vincent Reinhart, economista del centro de estudios American Enterprise Institute y ex economista de la Fed. "Tenemos una economía que está en una recesión que parece que va a ser duradera. La actividad va a ejercer una presión a la baja sobre la inflación".
Una deflación generalizada constituiría un grave problema por varias razones. Aumenta los costos reales de financiamiento para las personas y las empresas, que se ven obligadas a pagar un monto fijo de deuda, con interés, pese a que los precios de la economía y su poder adquisitivo decaen. También le da a las empresas y las personas un incentivo para guardar su dinero, porque el poder de contar con efectivo a mano aumenta a medida que caen los precios. Así se puede iniciar un círculo vicioso en el cual los individuos y las empresas postergan sus gastos, agravando el bajón de la economía y produciendo nuevas cesaciones de pagos.
Estímulo a la demanda
El desafío de las autoridades es estimular la demanda, algo que normalmente se logra mediante una reducción de las tasas de interés. La Fed, sin embargo, no puede bajar las tasas más allá de cero por ciento para combatir la inflación.
Kohn manifestó que la lección que se puede desprender de la experiencia japonesa con la deflación en los años 90 es que "debemos ser muy agresivos" a la hora de combatir la amenaza deflacionaria.
En un esfuerzo por reanimar la economía, la Fed ya ha recortado su principal tasa de referencia de 5,25% a mediados de 2007 a 1% en la actualidad y se espera que anuncie una nueva rebaja en su reunión del 16 de diciembre.
En trabajos académicos y discursos pronunciados antes de que asumiera la presidencia de la Fed, Bernanke describió pasos adiciones que el banco central podría dar para estimular la economía y combatir la inflación cuando las tasas de interés se acercan a cero por ciento.
La Fed ya ha dado uno de esos pasos, al expandir drásticamente sus préstamos. Desde finales de agosto, los préstamos de la Fed han pasado de cerca de 880.000 millones a más de 2 billones (millones de millones), un proceso al que a veces los economistas describen como "relajamiento cuantitativo" porque se centra en la cantidad de dinero que circula en el sistema financiero, en lugar del nivel de las tasas de interés.
La Fed también podría tratar de estimular la demanda mediante una reducción de las tasas de largo plazo, que tienen un efecto más directo sobre los créditos hipotecarios y el endeudamiento de las empresas que las de corto plazo.

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