"Todo parece confluir en la desaceleración del crecimiento", explicó el analista Aldo Abram, director general de la consultora Exante, con sede en Buenos Aires.
Y recordó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo a un 3% su pronóstico de expansión económica para América Latina y el Caribe en 2009.
Los padecimientos del Cono Sur pueden resumirse así, según Denisard de Oliveira Alves, profesor de finanzas de la Universidad de Sao Paulo: "Reducción de las inversiones internas y externas, acompañada de fuga de capitales, y caída en la demanda de exportaciones".
"Las monedas locales tienden a devaluarse, lo que genera una presión inflacionaria, se contrae el consumo interno y hay menos -o nada- de crédito".
Los economistas consultados precisaron que, en el sector privado, muchas compañías han reducido su nivel de actividad o congelado sus planes de expansión, lo que ha puesto un freno a la creación de empleos.
Mientras que, en el ámbito público, los gobiernos han comenzado a preocuparse por contar con suficientes fondos para mantenerse en pie.
Brasil: fuga y devaluación
En Brasil, tanto la moneda como la industria, la inversión y el bolsillo de la gente se han visto afectados. |
Brasil ha resultado muy golpeado por varias razones. Oliveira Alves explicó que, desde que estalló la crisis global, la moneda local -el real- se ha devaluado un 45%.
"Como esto ha producido pérdidas en el capital de las empresas y los inversores, se ha registrado una fuga de capitales hacia el exterior de unos $5.000 millones. Es mucho", evaluó el economista.
Tal vez ello explique, en parte, que los activos en las bolsas de toda América Latina se hayan reducido de $58.000 millones en mayo a $20.500 millones en la actualidad, según la consultora EPFR Global, con sede en Estados Unidos.
Dinero en mano
"El brasileño común tampoco se ha quedado de brazos cruzados y ha intentado proteger su dinero retirándolo de los bancos o cambiándolo por dólares para ahorrarlo en casa o sacarlo al exterior. Ante estos resguardos, el consumo se ha contraído un 4% respecto del año pasado".
Mientras que Paraguay es vulnerable a la crisis, a Bolivia no la afectará mucho. |
En el plano externo, las exportaciones de Brasil se han vuelto más baratas por la depreciación del real.
"Uno podría pensar que esto facilita las ventas, pero no es así porque la demanda ha disminuido en todos los mercados. Además, los ingresos que se obtienen son menores por la fuerte caída en los precios internacionales de las materias primas", aclaró Oliveira Alves.
Brasil es el primer exportador de carne y el segundo de soja del mundo.
"Curiosidad" argentina
El caso de Argentina es tal vez el más llamativo de todos. Hay acuerdo en que el contagio de la crisis financiera global parecía controlado hasta que la presidenta Cristina Fernández anunció su polémico plan de estatizar los fondos privados de pensiones.
"El país estaba en una situación de fortaleza relativa, que se basaba en la solvencia fiscal del gobierno y en la política monetaria del Banco Central, consistente en vender dólares de sus reservas para evitar la devaluación del peso frente a la creciente demanda de la moneda estadounidense", explicó Abram.
El problema es que con el proyecto de traspasar las jubilaciones privadas al Estado surgió una enorme duda respecto del derecho de propiedad en Argentina. Y frente al aumento del riesgo, los inversores internos y externos protagonizaron una fuga de capitales Aldo Abram, de la consultora Exante |
Al igual que en Brasil, los consumidores han retirado dinero de los bancos y se han refugiado en el dólar, pero el caso argentino tiene una particularidad: el fantasma del denominado "corralito" (el congelamiento de los depósitos decretado hace siete años que pocos olvidan) que despertó la estatización de las pensiones.
A pesar de las frecuentes intervenciones del Banco Central, la moneda estadounidense es hoy más cara que hace un mes.
Menos empleo
Asimismo, una menor demanda interna ha desacelerado la producción y ha afectado el nivel de empleo en Argentina.
Las monedas se tienden a devaluar. |
Por su parte, numerosas empresas de servicios han aplazado la contratación de nuevo personal.
En cuanto a las exportaciones, Argentina -tercer productor de soja del mundo- enfrenta el mismo escenario que Brasil: una baja en la demanda y en los precios internacionales de los commodities (materias primas).
Entre tanto, el gobierno de Fernández evalúa cómo hacer frente a importantes vencimientos de la deuda pública en 2009. "Si el país ya tenía cerrado el acceso al crédito externo, hoy lo tiene más que nunca por la coyuntura global", precisó Abram.
Los otros países
El diagnóstico general de merma de inversiones, salida de capitales y reducción de las exportaciones también vale para Chile, Bolivia, Paraguay y Uruguay, según explicó el economista Denisard de Oliveira Alves.
Aunque aclaró que deben tenerse en cuenta algunas singularidades.
Chile, el mayor productor de cobre del mundo, sufre por la baja en el valor internacional de ese metal, que venía registrando un incremento del 700% desde 2001.
No obstante, el gobierno de Michelle Bachelet cuenta con un fondo de estabilización de unos $20.000 millones que fue recaudado cuando los precios del cobre eran altos y que hoy le sirve para evitar una fuerte desaceleración del crecimiento.
Para el analista Aldo Abram, Uruguay también tiene elementos para hacer frente a la crisis global porque en épocas de bonanza fomentó las inversiones en el sector agropecuario, el más eficiente y competitivo de su economía.
Mientras que Paraguay, al igual que Argentina, es particularmente vulnerable a la caída de la demanda de soja y del precio de esta oleaginosa.
Bolivia es, tal vez, la nación cuyas circunstancias más difieren de las del resto. "Está aislada del mundo porque tiene una situación política y social explosiva", puntualizó Abram. "Los niveles de inversión han sido bajos en los últimos años y por eso la desaceleración de la economía global le va afectar menos".
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