La Reserva Federal de Estados Unidos ha llegado a un punto de inflexión.
La economía se sigue deteriorando y el banco central prácticamente ya ha agotado la principal herramienta a su disposición, la tasa de interés a corto plazo. Su meta para la tasa de fondos federales (la tasa a la cual los bancos se prestan entre ellos), ha sido rebajada desde 5,25% a 1% en poco más de un año. Últimamente, la tasa real de los fondos federales con frecuencia es inferior a la meta de 1%.La economía, sin embargo, necesita ayuda adicional. Eso significa que las autoridades de la Fed probablemente le den su visto bueno al plan de estímulo fiscal que los asesores económicos del presidente electo, Barack Obama, están desarrollando. La Fed, en todo caso, no se ha quedado sin municiones. La entidad evalúa extender nuevas líneas de crédito, nuevos recortes de las tasas de corto plazo y compras de deuda de largo plazo como bonos del Tesoro o la deuda de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac para impulsar a los mercados y la economía.
Los economistas debaten desde hace mucho tiempo cuál es la mejor estrategia para que el banco central apuntale la economía cuando las tasas de interés ya se encuentran en un nivel muy bajo.
Japón enfrentó las mismas dificultades a principios de la década. Uno de los principales estudiosos sobre el tema es Ben Bernanke, quien presentó sus hallazgos en discursos y ensayos que datan de entre 2002 y 2004, cuando la Fed empezaba a considerar este problema. "Las conclusiones que alcanzó en ese entonces son válidas", dice Brian Sack, de Macroeconomic Advisers LLC, un ex economista de la Fed que es autor de un estudio en conjunto con Bernanke.
A continuación, algunos pasos que las autoridades de la Fed deberían evaluar en su próxima reunión, programada para mediados de diciembre:
Actuar con rapidez: Algunos economistas argumentan que, con las tasas de interés tan bajas, la Fed debería conservar sus municiones y no anunciar nuevos recortes, a menos que sea absolutamente necesario. En un discurso reciente en el Instituto Cato, el vicepresidente de la Fed, Donald Kohn, sugirió justamente lo contrario. Si EE.UU. corre el riesgo de ser presa de un entorno de bajas tasas de interés, crecimiento estancado y una caída abrupta de los precios al consumidor, como el que caracterizó a Japón en los años 90, la mejor estrategia es actuar enérgicamente, dijo Kohn. "Si consideramos tal posibilidad, deberemos ser muy agresivos con nuestra política monetaria, lo más agresivos posibles".Kohn agregó que cree la posibilidad de que EE.UU. caiga en una deflación parecida a la de Japón es pequeña, pero que el creciente riesgo de que ello ocurra sugiere que la Fed podría rápidamente llevar las tasas de los fondos federales hacia cero.
Macroeconomic Advisers anticipa un recorte de 0,5% en la próxima reunión de diciembre y posiblemente otra reducción en enero que podría llevar la tasa cerca de cero poco después de que Obama asuma la presidencia.
Nuevas líneas de crédito: Aunque la Fed sólo puede bajar las tasas hasta cierto límite, tiene menos restricciones sobre las líneas de crédito que puede otorgar. Desde fines de agosto, el valor de los activos en manos de la Fed ha crecido de menos de $900.000 millones a más que $2 billones (millones de millones).
Tasas largas: La Fed podría intentar reducir las tasas a largo plazo, lo que podría disminuir los costos de todo, desde las hipotecas a 30 años hasta la financiación de automóviles y los bonos corporativos a mediano plazo.
"Las tasas que vencen a plazo más largo son las que más importan para la actividad económica", dice Vincent Reinhart, ex economista de la Fed. La Fed lo podría hacer mediante la compra de bonos del Tesoro o deuda de Fannie Mae y Freddie Mac de largo plazo. Las compras elevarían el precio de esta deuda y, en consecuencia, reducirían sus rendimientos.
Comunicación efectiva: La Fed podría tratar de influir sobre las tasas de largo plazo al prometer mantener bajas las tasas de interés a corto plazo por un período prolongado.
La Fed dio un paso similar en 2003, cuando se comprometió a mantener las tasas de interés bajas por "un período considerable". Se trató de una medida polémica, que posiblemente ayudó a disparar el período de especulación hipotecaria posterior.
Una manera de evitar que se repita el último episodio sería condicionar dicho compromiso con las tasas bajas al ofrecer, por ejemplo, una promesa más explícita de volver a aumentarlas después de que se estabilicen los mercados.
0 comentarios:
Publicar un comentario